Los profesionales dedicamos a la cocina profesional son los principales clientes que se inclinan a comprar termómetros de cocina. Este es un artefacto que sobre todo sirve para evaluar la temperatura interna de los alimentos que estamos preparando, especialmente los horneados. Las razones para llevar ese tipo de control son variadas.
En el caso de los pavos rellenos que se consumen en Navidad se debe verificar que su interior alcance la temperatura adecuada para estar seguros que toda su carne se encuentra cocida. En la otra cara de la moneda tenemos a algunos productos que no deben estar demasiado calientes en su interior si se quiere lograr una temperatura adecuada
Esto es necesario porque el modo de calentamiento puede variar de un horno a otro a pesar que marquen los mismos grados en sus controles. Además, esto no solo es una cuestión de obtener un buen acabado final, sino una cuestión de seguridad alimentaria necesaria para la eliminación de virus, bacterias y hasta parásitos que pueden encontrarse en los productos que consumimos.
Beneficios del uso de termómetros de cocina
El uso de este accesorio es la única forma confiable de medir la temperatura interna de los alimentos. Este tipo de equipos se suelen usar en la evaluación de alimentos sólidos, pero también se pueden usar para controlar el calor que se aplica a sustancias liquidas como el agua o algunas más densas como las cremas y salsas.
El uso de un termómetro de cocina permite que el chef tenga un control mucho más certero de las propiedades organolépticas de su platillo. Sus ventajas son las siguientes:
– Textura y sabor
El tiempo de exposición y e l nivel de calor son dos de las variables más importantes a la hora de la cocción de alimentos. Variando esos factores se obtienen diferentes texturas y sabores que muchas veces son las que caracterizan a los platillos. Por ejemplo, el método de cocción al vacío establece la necesidad de mantener temperaturas bastante bajas y constantes para que los alimentos se preparen de manera adecuada.
– Inocuidad de los alimentos
Velar por la seguridad alimentaria es una de las principales razones para comprar termómetros de cocina. Hay que tener en cuenta que las bacterias de los alimentos pueden ser bastante resistentes y se deben alcanzar ciertas temperaturas para eliminarlas. El problema es que ni las cocinas industriales ni los hornos producen exactamente el mismo calor que pueden marcar sus controles.
En esos casos, lo más conveniente es usar un termómetro de cocina para saber la temperatura del alimento. Algunas de las infecciones que se pueden producir si no realizas este control están asociadas a bacterias o parásitos, como la triquina que se produce por consumir carne de cerno mal cocida.
– Economía
Para comprar termómetros de cocina no se necesita realizar una gran inversión. Este tipo de accesorios de cocina es bastante económico y tiene un tiempo de vida estimado. Además, la carencia de nuestros objetos en nuestra cocina puede derivar en problemas legales para los negocios.
¿Qué modelos de termómetros de cocina son más prácticos?
El rango de medición que normalmente pueden registrar los termómetros de cocina va desde los -50°C hasta los 300°C. Su exactitud suele estar establecida en apenas 0,1 grados centígrados de margen de error. Además, la mayoría de estos implementos funcionan con la energía de unas cuantas pilas doble o triple A, porque consumen poca energía.
A la hora de comprar termómetros de cocina hay que tener en cuenta el modelo que se va a necesitar y sus características. Algunos de las partes más importantes de estos accesorios de cocina son las siguientes:
– Lector de temperatura
Muchos de ellos funcionan de manera digital y tienen una pequeña pantalla donde se puede leer los grados que está marcando. Por otro lado, todavía se pueden encontrar muchos equipos de medición de temperatura que marcan los grados a través del apuntamiento de una aguja.
– Punzón
Los termómetros de cocina suelen tener la forma de una larga aguja en uno de sus extremos. Esa pieza normalmente se elabora con acero inoxidable y mide alrededor de 20 centímetros; también se puede desmontar para su limpieza. Uno de sus extremos es puntiagudo para facilitar su ingreso en los alimentos y verificar la temperatura interior de manera certera.
En algunos otros casos se encuentra equipos donde una sonda une el lector de temperatura con la aguja de medición. Ese tipo de termómetro de cocina puede ser muy útil si se va a usar en productos líquidos para reducir la posibilidad que todo el aparato caiga en el agua.
Otra alternativa que se evalúa a la hora de comprar termómetros de cocina es la opción de los equipos laser. Ese tipo de equipos usan tecnología infrarroja para determinar la temperatura de los alimentos. Tan solo se debe apuntar su marcador laser hacia el elemento que queremos evaluar.
Este tipo de equipo es muy exacto pues mide la radiación térmica del alimento. El problema es que los medidores laser no funcionan muy bien en presencia de gases o vapores. Es decir, es posible que no se puede apuntar directamente a una olla en medio de la cocción.
No obstante, pueden ser bastante útiles para evaluar productos ríos, porque no es necesario introducirlos en la materia que probablemente esté muy sólida para permitir el paso de la aguja de un termómetro de cocina convencional.
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